13/03/2024. 6×6 Tales. El elfo olvidado.

Junto a la costa, a pocas horas de camino, se sitúa el castillo de La Isla. Con torres que se alzan hacia el cielo como gigantes de piedra y murallas que cuentan historias de antiguas batallas, el castillo es un monumento a la historia y el poder que una vez dominó la isla.

Al cruzar el gran portón, Galdeon es llevada ante el rey de la isla, un hombre de edad avanzada pero con una mirada que aún conserva el brillo de la juventud y la astucia. Rodeado de libros, mapas y artefactos mágicos, el rey reside en una sala que parece tan antigua como el tiempo mismo. Sin embargo, su presencia es acogedora, y su voz lleva la calidez de un gobernante que ha visto más de lo que las palabras pueden contar.

«Galdeon, hija de Eldoria,» comienza el rey, «tu llegada a nuestra isla no es una coincidencia.La Isla te ha llamado porque eres la clave para restaurar el equilibrio que se ha perdido. Una oscura amenaza se cierne sobre nosotros, una que solo puede ser enfrentada con la unión de la magia antigua y el valor de aquellos dispuestos a defender nuestro mundo.»

En sus manos, el rey sostiene dos pergaminos sellados con un símbolo que brilla con una luz tenue, casi etérea. «Estos pergaminos contienen encantamientos de gran poder, forjados en la alborada de nuestra historia. Deben ser entregados a los magos que defienden la Gran Pradera al oeste, donde la oscuridad ha comenzado a echar raíces. Solo con estos hechizos, los guardianes podrán sellar las brechas por las que se filtra la corrupción.»

La misión es clara y de una importancia que sobrepasa cualquier aventura que Galdeon podría haber imaginado. Con un sentido de propósito fortalecido por las palabras del rey, toma los pergaminos, sintiendo el peso de su destino en sus manos.

«La travesía no será fácil,» advierte el rey, «las fuerzas que buscan detenerte son poderosas y despiadadas. Pero confío en tu valor y en tu habilidad para superar las adversidades. Todos tenemos nuestra esperanza puesta en ti, Galdeon.»

Con el corazón lleno de determinación y la mente clara sobre el camino que debe seguir, Galdeon se despide del rey y se prepara para partir al amanecer. La Gran Pradera y sus guardianes esperan su llegada, y con ella, la promesa de una victoria contra las sombras que amenazan la paz de la isla.

Así, con los pergaminos mágicos seguros en su morral y su arco siempre al alcance de la mano, Galdeon emprende la travesía hacia el oeste, hacia el destino que La Isla ha tejido para ella. La aventura de llevar esperanza y luz a un mundo al borde del abismo ha comenzado.

Después de cumplir con su misión y entregar los pergaminos mágicos a los magos de la Gran Pradera, Galdeon siente una mezcla de alivio y fatiga. Su corazón anhela explorar más de La Isla, descubrir sus secretos y enfrentarse a los desafíos que aún yacen ocultos en sus vastos y variados paisajes. Así, con la determinación que caracteriza a los de su raza, decide vagabundear un poco, llevada por el viento y su insaciable curiosidad.

En su andar, Galdeon se topa con un Pink Slime, una criatura gelatinosa de un rosa brillante y apariencia casi inocente, pero con una peligrosidad subestimada. La batalla es corta pero intensa, con Galdeon utilizando su destreza y habilidad con el arco para derrotar a la criatura antes de que su corrosiva sustancia pudiera alcanzarla. La victoria, aunque menor, le recuerda los peligros constantes que acechan en cada rincón.

No mucho después, se encuentra con una rata gigante, sus ojos brillando con malicia en la penumbra de un atardecer que tiñe de sombras el paisaje. La fatiga y las heridas anteriores pesan sobre Galdeon, quien decide que la discreción es la mejor parte del valor en esta ocasión, eligiendo huir en lugar de enfrentar a una bestia que podría superarla en fuerza y astucia en su estado actual.

Casi sin fuerzas y con el manto de la noche acercándose, Galdeon logra llegar a una aldea ubicada junto a un pantano, cuyas aguas emanan una bruma que se entremezcla con la niebla nocturna. Los aldeanos, sorprendidos pero compasivos ante la llegada de la elfa, le ofrecen refugio y descanso. La hospitalidad de la aldea es simple pero genuina, brindando a Galdeon el tiempo para recuperar sus fuerzas y curar sus heridas.

Durante su estancia, se entera de una solicitud especial de los aldeanos. Hablan de una fruta mágica, capaz de curar enfermedades y traer prosperidad, que crece en las lindes del pantano. Por suerte, uno de los aldeanos la recogió no hace mucho y la tiene guardada en su casa. Una caravana de zíngaros, conocidos por sus poderes místicos y su conexión con los antiguos secretos de La Isla, la espera con ansia para utilizarla en un ritual que promete traer equilibrio y salud a la isla y sus habitantes.

Conmovida por la fe de los aldeanos en la caravana y el poder de la fruta mágica, y sintiendo la llamada de la aventura una vez más en su corazón, Galdeon acepta la misión. Se prepara para partir al amanecer, consciente de que este nuevo viaje pondrá a prueba su recuperada fuerza y su inquebrantable espíritu de aventura.

Así, Galdeon se embarca en una nueva jornada, llevando consigo la esperanza de una aldea y la promesa de un futuro mejor, mientras las sombras del pantano y los secretos de La Isla aguardan en silencio su paso.

La salida de Galdeon de la aldea, con la fruta mágica en mano, marca el comienzo de lo que ella espera sea el inicio de una memorable misión. La determinación brilla en sus ojos mientras atraviesa el familiar bosque cercano a la aldea, un lugar que ahora siente como un amigo que la despide en su viaje. La luz del sol se filtra a través de las hojas, iluminando su camino con destellos dorados que parecen bendecir su paso.

Al salir del cobijo del bosque, Galdeon se encuentra con las vastas y abiertas praderas que se extienden hasta el horizonte. La brisa fresca que recorre este espacio abierto lleva consigo promesas y peligros. No pasa mucho tiempo antes de que un Blue Slime veterano, una criatura gelatinosa de un azul intenso y con una mirada que destila experiencia en innumerables batallas, se interponga en su camino.

La lucha es intensa y desgastante. Galdeon, usando toda su habilidad y astucia, logra vencer al monstruo, pero no sin sufrir heridas y agotar casi todas sus fuerzas en el proceso. Con el corazón latiendo fuertemente y su aliento pesado, se toma un momento para recuperarse, consciente de que su objetivo está cada vez más cerca.

Sin embargo, la tranquilidad es efímera. Otro Blue Slime veterano aparece, emergiendo de la nada, con una ferocidad que supera a la del primero. Galdeon se enfrenta a él con valentía, pero las heridas de la batalla anterior y el agotamiento de su viaje le pasan factura. Con cada movimiento, siente cómo sus fuerzas la abandonan, hasta que finalmente, superada por el monstruo, cae en la pradera.

La batalla termina, y con ella, las aventuras de Galdeon en La Isla. Su valentía y determinación permanecen como un eco en las praderas vacías, un recuerdo fugaz de lo que fue y lo que pudo haber sido. La isla, indiferente, sigue sus ciclos eternos, y con el tiempo, incluso el recuerdo de Galdeon se desvanece, como si la isla misma la hubiera reclamado.

Así concluye la historia de Galdeon, una elfa de corazón valiente y espíritu aventurero, cuyos sueños de heroísmo y aventura encontraron un fin silencioso en las praderas de una isla llena de misterios y peligros, donde las leyendas nacen y mueren. La memoria de Galdeon se convierte en una más de las muchas historias olvidadas que susurran los vientos y las olas.