Presentación
¡Hola, gente!
Pues nuevamente os voy a hablar de un kickstarter. No os penséis que kickstarter es el rey de los juegos interesantes o bonitos o estupendos, no. Me he metido en un montón de… no digamos juegos malos, porque cada juego tiene su público, pero juegos que a mí no me apetece jugar.
Este no es el caso. Este fue un kickstarter maravilloso lleno de color y formas bonitas. Oceans es básicamente un juego de cartas llenas de características que harán cada partida algo único. Todo esto viene aderezado por un conjunto de detalles que lo hacen aún más especial: unas fundas superbonitas, unos tokens en metacrilato (es más fácil de escribir que de decir…), unas bolsitas para guardar la puntuación en secreto. Eso sí, todo esto viene con la versión deluxe, cuando las versiones deluxe aún eran una mejora del juego y no una regla general. Si no querías la versión deluxe, el juego viene con unos pececillos de colores que son casi más bonitos que los de plástico, en vez de bolsitas para guardar la puntuación hay unas pantallas «escondedoras» de los puntos que has obtenido, y creo que las fundas pues ya si eso te las buscas tú.
El Oceans base no venía con modo solitario, sino que en los foros empezaron a colgar distintos modos de juego en el que podías hacer un juego en solitario. Probé algunos, unos mejores y otros peores, pero ninguno me cuadraba demasiado. Con la nueva expansión que han sacado, ya sí que viene un modo en solitario. Es que es casi un «obligado» para los juegos que van sacando, siempre cuando la mecánica lo permita, el hacer un modo en solitario.
Compré dos copias sin querer… a ver, una es torpe de naturaleza, y conseguí una por haberme metido en la campaña del kickstarter, peor luego a la hora del Pledge Manager, pues sin darme cuenta añadí otra a la cesta. A mi favor tengo que decir que fue uno de las primeras campañas en las que entré y no sabía muy bien como funcionaba el tema. Además, lo del pledge manager me volvía un poco loca. Lo bueno es que ha sido un juego con una tirada no muy grande (y mucho menos la versión Deluxe) y un amigo al que se lo conté enseguida se hizo con la copia «sobrante».
Oceans comprende la belleza y la crueldad de la naturaleza. Su paleta colorida y vibrante disfraza lo duro que puede ser jugar. Aparentemente estás recolectando una variedad de criaturas acuáticas en un tablero. En realidad, estás haciendo todo lo posible para evitar que tu tablero se desintegre a manos de tus oponentes.
¿De qué va Oceans?
En Oceans somos un trocito de arrecife del ancho mar.
Como buen arrecife, queremos que en nuestras aguas exista la mayor cantidad de especies posible, y que se alimenten y crezcan, se reproduzcan y mueran. ¡Nada más y nada menos que el ciclo de la vida! Pero para que esto sea posible, hemos de desarrollar una simbiosis entre ellas, de forma que alimentando tan solo a una de ellas, las demás se beneficien y también puedan alimentarse, o al menos, que tengan capacidad suficiente para alimentarse mucho y poder pasar algún turno sin pegar bocado. Es más, podemos alimentar a una de nuestras especies atacando a otra de nuestras especies… ¡un concepto que es una locura!
El problema viene por el resto de jugadores o adversarios, es decir, otros trocitos de arrecife que están junto a nosotros y que tienen ese mismo objetivo. Puede darse el caso de que el otro arrecife no pueda o no quiera alimentarse del fondo marino y prefiera atacar a nuestras especies hasta hacerlas desaparecer, rompiendo el delicado equilibrio que tenemos que montar y mandando todo nuestro ecosistema a la porra. Por eso es muy importante irse adaptando a medida que avanza la partida a las distintas adversidades que se nos puedan presentar, como por ejemplo, la muerte provocada de nuestra especie reina que era la que daba de comer a todos los chupafondos, simbióticos, recolectores y demás especies que cogían cacho cada vez que ella se alimentaba.
A quien no le gusten los juegos sin interacción, lo siento, pero este juego se basa precisamente en la interacción entre las especies de todo el arrecife, tanto el propio como el ajeno.
Al haber tanta interacción, surge el problema de cómo hacer un jugador en solitario que además tome decisiones… Pues bien, con la expansión han conseguido hacer un automa que es fácil de manejar y que resulta un oponente digno. Además trae varios niveles de dificultad para que conviertas el juego en un infierno si es tu gusto…
Las reglas del juego no son complejas. Jugarlo bien sí lo es.
Partidas jugadas al Oceans
Os dejo las partidas que he ido haciendo paso a paso al Oceans. ¡Espero que os gusten!
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Mi opinión
A mí el juego me gusta. Conozco a gente a la que no le gusta. Pero como esto es MI opinión, pues opino que el juego está chulo.
Y ahora viene la parte difícil, que es contar por qué me gusta… No me veo capaz de poner tanto orden en todas las cosas que me están rondando por la cabeza como para escribir una parrafada con sentido, así es que voy a pasar directamente a la lista de cosas, que creo que en este caso me va a ir mejor.
Cosas que me gustan:
- El aspecto visual. Creo que el arte de las cartas es sensacional. Es colorido, es vistoso y además deja muy clara cual es la función de la carta sin que esté todo mezclado. Además, el juego en mesa es una delicia para los sentidos. El arrecife, el océano profundo, todo lleno de pececillos… Muy muy bonito.
- La mecánica: es extremadamente sencilla. Juegas carta, alimentas bicho, tus bichos envejecen. Ya. Y no penséis que hay ramificaciones y excepciones y miles de sub-reglas, no. Hay un limite de cartas que puedes jugar y un límite de cartas en cada especie. Solo puedes alimentar a una de tus poblaciones, bien comiendo desde el arrecife, bien devorando a otra especie. Si tienes sobrepoblación, la mitad de tu población muere de hambre. Y por último, todas tus especies envejecen una o dos unidades. Si no pueden envejecer, mueren. De verdad que el juego es eso de reglas. Luego hay que aplicar todos los textos que vienen en las cartas, lo que hace que el turno de alimentarse sea extremadamente más denso que comer y punto. Pero las reglas en sí son sencillísimas. Además, primero juega una persona, luego la siguiente y así sucesivamente hasta que los océanos se quedan sin comida. Fin de la partida.
- Es un juego caro, sí, muy caro, pero la producción es magnífica. Es uno de los pocos juegos en los que creo que la versión Deluxe sí merece la pena por las bolsitas de puntuación y por las fundas chulísimas que trae. Los peces de plástico molan, pero es que los de cartulina también son preciosos, así es que esto creo que es secundario.
- En toda partida se aplican un par de reglas añadidas que hacen que la partida cambie bastante. Pero lo mejor es que estas reglas se hacen efectivas solo cuando las zonas del océano a la que pertenecen están vacías, por lo que los jugadores pueden activarlas o desactivarlas a su antojo. ¡Otra capa más de profundidad a la partida!
- La interacción entre jugadores. Mira que a mí no me gusta nada que me destruyan «mis cosas» en una partida, pero es que en Oceans es ley de vida! La destrucción de una de tus especies no es por nada, es para que otra especie sobreviva. Además, el juego pone tu disposición muchos mecanismos para evitar la masacre. Claro que tener que aplicarlos llevará tiempo y te quitará de hacer otras cosas, pero eso es ya decisión tuya.
- El inserto. ¡Como aprecio un inserto bien hecho en el que quepa todo con sus fundas y todo! Pues aquí lo hay. No tengo nada más que añadir.
Lo que no me gusta:
- La duración de la partida es extremadamente larga con un elevado número de jugadores. Es necesario que todos hagan su turno completo antes de pasar al siguiente jugador, pero en partidas a más de 4, cuando juega el turno el anterior a tí, ya se te ha olvidado lo que ha hecho el siguiente a tí, y ya no sabes como plantear tu turno para defenderte del resto de la humanidad… Creo que no pasarse de cuatro jugadores es lo más óptimo.
- Esto es una queja tontorrona mía, pero creo que sensata. Los peces de plástico son vistosos, pero los de cartón son más bonitos con sus detalles y sus patrones de colores… ¡Podrían haber hecho peces de plástico con algún dibujillo dentro, aunque fuese aleatorio y no en todos igual! He dicho.
Cosas que no me explico por qué a otros no les gustan:
- Solo hay 12 rasgos diferentes para cada especie. ¡Más que suficientes desde mi punto de vista! Esto te da una gran variedad de combinaciones y te «garantiza» que te van a tocar todos los rasgos existentes. Otra cosa es que unos te gusten más que otros y al final siempre acabes jugando los mismos. Pero eso es cosa tuya. Además, ahí están las cartas de Océano Profundo para darle variedad al tema.
- Cuando una persona novata juega contra alguien que ya sabe, puede ser muy frustrante para la novata el no avanzar y ver cómo el resto de jugadores van a ganar sin dudarlo. A ver, ¡no me seáis malas personas con los novatos y no id a machacadlos desde el minuto uno! Claro que la primera partida te sale una mojona, pero eso en casi cualquier juego, no solo en este. Es «deber» del que enseña intentar guiarlo hacia la mejor estrategia que puede seguir y dejarle algo de espacio para que pueda desarrollarse. Al menos esa es mi opinión y la intento aplicar en casi cualquier juego que enseño.
- Es demasiado cambiante. Eso realmente es lo que me gusta del juego. Tienes que estar atento a todo lo que hace el resto de jugadores, porque tu turno depende altamente de las decisiones que otros tomen: si han hecho especies carnívoras, si han aumentado su concha para protegerse de tus ataques, si han vaciado el arrecife y ya no puedes pastorear en él. Creo que esto hace que estés metido en la partida y no se te vaya el santo al cielo aunque el entreturno sea temporalmente alto.
Y ya acabo aquí. Espero que os haya gustado ¡y no dejéis de leer alguna de las partidas!
¡Hasta luego, gente!