El sol se filtraba en haces tenues entre las ramas altas del bosque. Elaria caminaba sin rumbo dando un paseo sin ninguna intención por el bosque. Thiriel, a su lado, avanzaba en silencio, olfateando la tierra húmeda y deteniéndose de vez en cuando a observar cómo una hoja giraba en espiral hacia el suelo.
