Scopicity. Partida 1. Primavera 1 en Micropolis Prime

Los primeros rayos de sol atraviesan las nubes, trayendo calor y esperanza a los diminutos habitantes de Scopicity. Los copos de nieve que una vez cubrieron la tierra se derriten en gotas, creando ríos y lagos de vida. Las flores florecen y los insectos zumban, llenando el aire de color y sonido. La primavera ha llegado a Scopicity, y con ella, un nuevo ciclo de crecimiento y renovación.

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• Los parásitos se vuelven más activos y buscan huéspedes para infectarlos.
• Se abre una nueva panadería en la ciudad, que vende deliciosos pasteles y panes hechos con ingredientes frescos de primavera.
• Algunos dignatarios locales se han reunido para ver la apertura de un nuevo zoológico.
• Parece haber una escasez de fuentes de alimento debido a un nuevo depredador.
• Algo terrible sucede con una población animal
• Una gota de lluvia gigante cae del cielo, creando una gran salpicadura y un lago temporal. [-1SS]
• Descubrimiento de un nuevo recurso que podría ayudarnos a sobrevivir más fácilmente. [+1SS]
• Una planta extraña crece de manera extraña y también huele mal.
• Se forma un nuevo paisaje.
• Se descubrió una nueva fuente de alimento que podría ser potencialmente útil, pero no sabemos qué hace.
• El clima comienza a ser más cálido, por lo que hay más bichos alrededor
• Un grupo de residentes comienza un club de tejido y hace ropa de abrigo para que todos la usen durante el frío de la primavera.
• Descubrimiento de una nueva mercancía. [+1SS]

La primavera comenzó con un aire fresco y los habitantes de Micropolis Prime estaban exultantes. El tiempo acompañaba para salir a la calle y compartir el buen tiempo que tanto echaban de menos después del largo invierno que habían padecido.

Pero no solo los habitantes de mayor tamaño despertaron después del invierno. Los parásitos microscópicos que habían estado aletargados también celebraron la llegada de la primavera y comenzaron a multiplicarse en el parque y en las esquinas húmedas del puerto.

En cuanto las autoridades se percataron de la gravedad de la enfermedad, decretaron un estado de alarma en el que la población debía permanecer en sus casas, salvo causas de fuerza mayor, para evitar en la medida posible, nuevos contagios. Se prohibió también el comercio con otras ciudades, ya que se comprobó que los Branquiluvis eran particularmente vulnerables debido a sus branquias expuestas.

Aún así, el índice de mortalidad provocado por la Esporiosis fue muy elevado.

Nixil fue uno de los primeros en contagiarse de la enfermedad, y debido a su naturaleza curiosa, no dudó en documentar de manera pormenorizada todos los síntomas que tuvo y la evolución de la enfermedad.

Como es un miembro ilustre de la sociedad, los sanitarios le pidieron que les enviase diariamente todas sus anotaciones para incorporarlas a la investigación de una cura posible.

Fluglo Dulcipluma era un Pluroxith de carácter dulce y manos habilidosas. Desde joven, había soñado con abrir un lugar donde el aroma del pan recién horneado llenara las sinuosas calles de Micropolis Prime. Durante todo el invierno había estado preparando un local junto a la zona residencial para abrir su panadería, llamada «El Horno de Esporas». Pero la Esporosis Viscosa lo cambió todo.

Cuando los gobernantes de Micropolis Prime emitieron el decreto de cuarentena, obligando a todos a permanecer en sus hogares, Fluglo sintió un vacío en el pecho. La alegría que había sentido pensando en la apertura de su panadería se desmoronó, como una masa que no sube en el horno. ¿Quién se iba a enterar ahora de su apertura? ¿A quién llegaría el olor del pan recién horneado o un pastel de esporas con las calles vacías? Además, ¿qué haría con toda la matería prima que le había llegado hace una semana? Esporas de levadura, bolsas de harina y demás materiales que en breve se echarían a perder…

Una mañana, al observar las cestas de pan vacías, tuvo una idea brillante:

«Si la gente no puede venir al pan, el pan irá a la gente.»

Tomando prestada una pequeña camioneta biovehicular de un amigo, Fluglo la adaptó para convertirse en «El Horno Rodante», la primera camioneta de reparto de Micropolis Prime. Decoró el vehículo con bioluminiscencias cálidas, para que fuera fácil de reconocer desde las ventanas, y conectó un micrófono a su sistema de sonido, que amplificaba su voz por las calles vacías.

Fluglo recorrió las avenidas curvas, anunciando con entusiasmo:

«¡Pan fresco, pasteles esponjosos! ¡El Horno de Esporas llega a tu puerta! ¡Haz tu pedido por microteléfono y recibe una delicia sin salir de casa!»

El eco de su voz rebotaba entre las fachadas de las casas, y poco a poco las ventanas cerradas comenzaron a abrirse. Los microbios, confinados en sus hogares por la epidemia de Esporosis Viscosa, asomaban con curiosidad. Los más valientes agitaban sus pequeños brazos o movían sus antenas, y Fluglo respondía con una sonrisa bajo su máscara protectora.

Con la ayuda de un antiguo aparato de microteléfono cristalino, los habitantes llamaban directamente a Fluglo. Sus manos expertas preparaban cada pedido con cuidado, empaquetando el pan y los pasteles en bolsas herméticas para evitar cualquier riesgo de contaminación.

Y así fue como Nixil y Fluglo se conocieron. Nixil hacía pedidos asiduamente a Fluglo y le recomendó añadir algunas especias a sus pasteles. Fluglo, en vez de sentirse mal por las recomendaciones de Nixil, comenzó a probar y descubrió que algunos realmente funcionaban bien y mejoraban notoriamente sus recetas, por lo que comenzó a hablar con Nixil con más frecuencia para preguntarle y probar nuevas recetas.

Pero no solo la panadería estaba esperando a la primavera para abrir sus puestas.

Los Guardianes del Microcosmos eran una organización respetada en Micropolis Prime, formada por microbios de todas las especies y lugares, unidos por un objetivo común: proteger y preservar la biodiversidad microscópica. Su sede se encontraba cerca del Parque de la Ciudad, donde mantenían un pequeño centro educativo que ofrecía talleres sobre la importancia del equilibrio natural en el ecosistema.

Durante meses, los Guardianes del Microcosmos habían trabajado incansablemente en la creación del Zoológico de Esporas, un espacio no solo de exhibición, sino de conservación y rehabilitación. Querían que fuera un lugar donde los microbios pudieran aprender sobre las criaturas exóticas y las especies en peligro de extinción, promoviendo la educación ambiental y la investigación científica.

Habían conseguido apoyo de las autoridades locales, recaudado fondos mediante eventos comunitarios y establecido conexiones con exploradores como Nixil Plumabronce, quien había prometido traer criaturas sorprendentes de sus expediciones.

Todo estaba listo para la gran inauguración en la tercera semana de primavera, poco después de que la Esporosis Viscosa golpease la ciudad. El decreto de cuarentena cayó como una losa sobre el proyecto. Las jaulas bioluminiscentes, diseñadas para simular hábitats naturales, quedaron vacías. Los paneles informativos que explicaban la historia de cada especie se cubrieron de polvo.

Los miembros de la organización se vieron obligados a quedarse en casa. Para muchos de ellos, que habían dedicado tiempo, recursos y esperanza al proyecto, fue un golpe devastador.

Sin embargo, a Nixil se le ocurrió una idea tras el éxito de su amigo el panadero. Se puso en contacto con los los Guardianes del Microcosmos y les dio una serie de ideas para que todo su esfuerzo no fuese en vano.

Comenzaron a transmitir charlas educativas por microteléfono, permitiendo que los microbios confinados en sus hogares pudieran explorar el mundo natural sin moverse de sus esporas.

Además, colaboraron con Fluglo Dulcipluma para distribuir kits de jardinería en miniatura, animando a las familias a cultivar pequeñas plantas en sus hogares, manteniendo vivo el espíritu ecológico hasta que la ciudad pudiera reabrirse.

En la cuarta semana de la primavera, un nuevo depredador microscópico, una especie de protozoario voraz, comenzó a mermar las fuentes de alimento en las cercanías del puerto.

La tensión en la ciudad aumentaba. Se reunió a un grupo de voluntarios para cartografiar las áreas más afectadas y buscar soluciones. Se iniciaron planes para cultivar alimentos en zonas controladas, reduciendo la dependencia de los recursos naturales expuestos al depredador. Pero sería un proceso lento y la situación cada vez era más crítica.

En el zoológico, una población de esporánidos luminosos (una especie de criatura bioluminiscente) comenzó a mostrar signos de enfermedad. Tras una investigación, se descubrió que la Esporosis Viscosa había llegado al zoológico. Se tomaron medidas de cuarentena y los cuidadores del zoológico trabajaron incansablemente para salvar a las criaturas afectadas.

Para colmo de males, una gota de lluvia gigante atravesó la atmósfera microscópica, creando un lago temporal en las afueras de la ciudad. La inundación forzó a muchas comunidades a reubicarse, y la supervivencia (SS) de la ciudad se vio afectada. Sin embargo, algunos exploradores vieron en el nuevo lago una oportunidad para estudiar nuevas formas de vida acuática.

Entre las aguas del nuevo lago, la Sociedad de Aventureros descubrieron una alga bioenergética que podría convertirse en una fuente de alimento y energía. La ciudad recuperó parte de su supervivencia, equilibrando las pérdidas anteriores.

Lira Branquihierba era una experta en botánica. Solía dar largos paseos por el parque de la ciudad estudiando su entorno por si encontraba algo interesante que llevar al nuevo zoológico de la ciudad, con el que colaboraba estrechamente. Una mañana, mientras removía el suelo húmedo cerca del recién formado lago temporal, sus sensores olfativos detectaron un hedor penetrante.

Al excavar un poco más, Lira descubrió una planta retorcida con un tallo grisáceo y hojas carnosas que segregaban un líquido viscoso. Su olor era tan intenso que tuvo hacer un gran esfuerzo para no vomitar allí mismo. La planta fue inmediatamente trasladada al Laboratorio Verde del parque para su análisis.

Lira, emocionada, informó a Nixil Plumabronce, quien aún se recuperaba en su hogar. Aunque no podía moverse mucho, Nixil utilizó su red de contactos para difundir la noticia entre los sanadores de la ciudad.

Mientras tanto, Fluglo Dulcipluma continuaba repartiendo pan y pasteles con su camioneta rodante. Cuando escuchó sobre las propiedades curativas de la planta, tuvo una idea innovadora. Se reunió con Lira y los Guardianes del Microcosmos, proponiendo mezclar el extracto curativo de la planta con la masa de su pan.

El proceso no fue fácil. El hedor natural de la planta hacía que el pan fuera prácticamente incomible. Sin embargo, Fluglo experimentó con diferentes hierbas aromáticas y técnicas de fermentación hasta que logró un equilibrio perfecto. Creó un pan de esporas dulces, que no solo era delicioso sino que contenía una dosis segura del extracto curativo.

Para asegurarse de que todos recibieran el tratamiento, Fluglo organizó un sistema de distribución especial. Los ciudadanos podían hacer pedidos a través de sus microteléfonos, y El Horno Rodante entregaba el pan curativo directamente en sus puertas.

En cuestión de días, los efectos positivos se hicieron evidentes. Los síntomas de la Esporosis Viscosa disminuyeron rápidamente en aquellos que consumían el pan. Las plumas apagadas de los Pluroxith volvieron a brillar.

Incluso Nixil, quien había sido uno de los más afectados, comenzó a recuperarse completamente. Su energía regresó, y con ella, su deseo de retomar las expediciones. La planta, ahora conocida popularmente como «Hierba del Pan Sano», se cultivó en huertos comunitarios, alejados de la población por su olor insoportable, pero asegurando que Micropolis Prime siempre tuviera una reserva de cura natural en caso de futuros brotes.

El final de la semana 8 marcó un punto de inflexión en la primavera. La vida comenzó a regresar a las calles.

El lago temporal comenzó a evaporarse, dejando tras de sí un paisaje cristalizado, donde los minerales se acumularon en formaciones sorprendentes.

Al reabrirse de nuevo las fronteras de la ciudad, este nuevo bioma atrajo a investigadores y artistas, quienes encontraron en las estructuras minerales una fuente de inspiración.

Durante la décima semana de primavera, un grupo de exploradores aficionados se aventuró en el nuevo paisaje cristalizado dejado por el lago temporal. Entre las formaciones minerales brillantes, descubrieron un hongo anaranjado que crecía en las grietas del suelo húmedo.

La seta, bautizada inicialmente como «Esporamor», tenía un aroma dulce y un brillo tenue, que la hacía destacar entre las rocas. Su apariencia jugosa y su resistencia a las condiciones difíciles la convirtieron en una opción tentadora para diversificar las fuentes de alimento de la ciudad.

Los ciudadanos, cansados de la escasez de alimentos provocada por el depredador microscópico, acogieron con entusiasmo la nueva seta. Los cocineros locales, incluida Fluglo Dulcipluma, comenzaron a incorporarla en sus recetas, desde panes especiados hasta sopas aromáticas.

Todo comenzó con pequeños rumores. Una pareja que había probado una tarta de Esporamor en la plaza del mercado comenzó a actuar de forma inusualmente afectuosa en público. Al principio, fue motivo de risas, pero pronto otros microbios mostraron comportamientos similares.

Los afectados desarrollaban un estado de enamoramiento incontrolable, expresando su amor a cualquiera que estuviera cerca, sin importar la especie, el género o la situación. En un incidente particularmente incómodo, un Vorlithrax comenzó a cantar serenatas a una farola bioluminiscente, convencido de que era su alma gemela.

A medida que más microbios consumían productos hechos con Esporamor, la epidemia de amor descontrolado se extendió. Las zonas residenciales se convirtieron en escenarios de escenas románticas excesivas, interrumpiendo las actividades diarias y distrayendo a los trabajadores esenciales.

En el Puerto de Micropolis Prime, los barqueros perdieron el rumbo de sus vessélulas acuáticas, pues se encontraban hipnotizados por la brisa del agua, a la que declaraban su amor eterno. En el Parque, los microbios se abrazaban a los árboles y susurraban promesas a las flores.

Tras recuperarse de la Esporosis Viscosa, Nixil Plumabronce se unió a los Guardianes del Microcosmos para investigar los efectos del hongo anaranjado. Gracias a sus plumas sensoriales, detectó una vibración anómala en las esporas de la seta.

Los análisis revelaron que la Esporamor liberaba una sustancia psicoactiva, similar a una feromona amplificada, que alteraba la percepción emocional de los microbios. Esta sustancia afectaba los neurotransmisores, generando un estado de amor incondicional en quienes la consumían.

El Gobierno de Micropolis Prime emitió un decreto temporal que prohibía la venta y consumo de la Esporamor hasta que se pudiera neutralizar su efecto. Las panaderías y restaurantes retiraron rápidamente los productos afectados, y se organizaron brigadas de limpieza para eliminar las esporas del paisaje cristalizado.

Para ayudar a los microbios afectados, los sanadores prepararon infusiones amargas con la Hierba del Pan Sano, que también ayudaban a contrarrestar los efectos amorosos.

Fluglo Dulcipluma, en un giro ingenioso, convirtió la situación en una oportunidad positiva al crear un pan de desamor, que incluía ingredientes que ayudaban a restablecer la serenidad emocional.

Aunque la Esporamor fue retirada de la dieta cotidiana, los científicos continuaron estudiando su potencial medicinal. Descubrieron que, en pequeñas dosis controladas, podía usarse en terapias emocionales, ayudando a los microbios que sufrían de soledad o depresión.

En esta semana comenzó a notarse ya la llegada del incipiente verano, con una subida generalizada de las temperaturas.

Con la llegada del calor, insectos microscópicos invadieron las áreas verdes. Los habitantes comenzaron a reforzar sus casas y a usar plantas repelentes cultivadas en el parque.

A pesar del clima inusual, un grupo de Pluroxith artesanos inició un club de tejido. Utilizando fibras naturales, crearon ropa de abrigo que fue distribuida de manera gratuita entre los microbios más vulnerables.

Aunque las temperaturas ahora eran buenas, las prendas de ropa podrían usarse en las noches frías o el otoño o invierno venideros.

Al finalizar la primavera, la ciudad celebró el descubrimiento de una nueva mercancía: un polvo mineral brillante recolectado del nuevo paisaje cristalizado. Este material tenía aplicaciones prácticas en tecnología bioluminiscente.

Puntuación de supervivencia de la estación: 107

Nivel de dificultad: media (80)

Puntuación de supervivencia para los Pluroxith: 21 – 2 = 19

Puntuación de supervivencia para los Branquiluvis: 20 – 2 = 18

Puntuación de supervivencia para los Vorlithrax: 28 – 2 = 26

Y acabó la primavera. Las especies han sobrevivido, un poco desmejoradas, pero sin peligro de extinción.

Hasta luego, gente!