¡Ya está aquí el verano! Esta vez nos toca jugar el mes de julio en el modo campaña del juego Conservas en el intento 1.
Antes de nada, si acabas de aterrizar y quieres hacerte una idea de qué va este juego, haz clic aquí para ir a la página donde más o menos explico de qué va. Y si quieres ir a la página oficial del juego, aquí tienes su enlace.
Y ahora, veamos de qué va este escenario antes de comenzar.
El escenario Julio en Conservas
Tema
Ahora mismo, la opinión de un comprador satisfecho es tu mejor herramienta de marketing.
A los consumidores les encantan tus productos… ¡y se lo están contando a todo el mundo!
Este mes vas a comprobar que los compradores felices pueden ser los mejores vendedores.
Preparación
Capital inicial: 12 monedas
Contenido para la bolsa: 5 mejillones, 5 zamburiñas, 5 pulpos y 7 fichas de agua.
Barco inicial (al azar entre 2): El Pezdigitador.
Objetivos financieros y de sostenibilidad
Estándar: 30 monedas, 10 zamburiñas, 10 mejillones y 4 barcos.
Difícil: 30 monedas, 10 zamburiñas, 10 mejillones, 6 barcos y 2 mejoras.

Desarrollo del escenario
Día 1
El primer día de julio nos lo tomamos con paciencia. En lugar de lanzar las redes, ordené a la tripulación del Pezdigitador que se limitara a explorar las aguas, observando los bancos de peces, las corrientes y los rincones donde el mar parecía prometer abundancia. Fue un día sin capturas, pero con la certeza de que aquel conocimiento nos sería útil en jornadas futuras.
Mientras tanto, en tierra, decidí mover ficha en otro frente. Con parte del capital ahorrado de la compañía, invertí en ampliar la flota. Así llegó hasta nosotros una embarcación pequeña, modesta y sin ningún coste de mantenimiento, lo que la convertía en una apuesta práctica y segura. Su nombre arrancaba sonrisas entre los marineros y los vecinos del puerto: ¿Te parece bonito?

Día 2
El segundo día de julio, nuestra flota dio la bienvenida al Trabalenguado, una embarcación pequeña pero fiable, barata y con un mantenimiento reducido que lo hacía perfecto para complementar a sus hermanos mayores.
En cuanto al mar, entre el Pezdigitador y el ¿Te parece bonito? logramos capturar dos lotes: uno de zamburiñas y otro de mejillones. Sin embargo, esta vez decidí no destinarlos a la fábrica. En lugar de convertirlos en conservas y lanzarlos al mercado, los invertimos en financiar un programa de conservación, un esfuerzo que garantizaba que aquellas aguas seguirían produciendo riquezas en el futuro.

Día 3
El tercer día de julio el mar decidió sonreírnos con generosidad. Fue una jornada espléndida, un pleno absoluto de capturas que llenó de júbilo a nuestras cubiertas: tres lotes de pulpos, uno de mejillones y uno de zamburiñas.
No hubo tiempo que perder, y todo el cargamento fue conducido directamente a la fábrica, donde el humo de las calderas y el ajetreo de los trabajadores transformaron aquel botín en conservas. Apenas estuvieron listas, se vendieron casi de inmediato, desapareciendo de los puestos como si fueran piezas de oro puro. Los beneficios fueron la prueba de que la maquinaria de la empresa funcionaba a la perfección.
Con ese impulso económico, decidí seguir apostando por el futuro, ampliando de nuevo nuestra flota con la llegada del Navajita Plateá, una embarcación de carga media, con un mantenimiento moderado, pero imprescindible para sostener la expansión de la compañía.

Día 4
En el cuarto día de julio el mar, generoso, nos entregó ocho lotes en total, que llegaron a puerto entre vítores de la tripulación y el alboroto del mercado que intuía nuevas remesas de producto.
Con la economía de la compañía en un estado próspero, decidí invertir dos de esos lotes en la rehabilitación de un caladero olvidado, un lugar que en el pasado había sido explotado sin piedad por otra compañía pesquera que acabó en la ruina. Recuperar aquellas aguas era tanto un gesto de responsabilidad como una apuesta a futuro: devolverles vida significaba asegurarnos un mar más fértil para los años venideros.
Los seis lotes restantes fueron conducidos a la fábrica, transformados en conservas que apenas tardaron en venderse. El mercado continuaba ávido de nuestros productos, y la velocidad con la que desaparecían de los puestos era la mejor prueba de la confianza que los clientes depositaban en nuestra marca.
Y como colofón de la jornada, la flota volvió a crecer. Incorporamos el Chipironcuatre, una embarcación mediana y de bajo mantenimiento, que llegaba para reforzar nuestras operaciones con equilibrio y fiabilidad. Cada nuevo barco era un ladrillo más en el edificio de nuestra expansión.

Día 5
El quinto día de julio fue un auténtico regalo del mar. Once lotes en total llenaron las cubiertas de nuestras embarcaciones: un pleno rotundo que convirtió el puerto en un hervidero de actividad. El ir y venir de marineros descargando cajas, el humo de la fábrica trabajando a pleno rendimiento y el tintinear de las monedas en los puestos del mercado componían la música de la prosperidad.
No hubo lugar para reservas ni experimentos: todas las capturas se enlataron y se vendieron. El mercado absorbió la remesa con avidez, y nuestros cofres volvieron a llenarse de beneficios.
Pero el verdadero acontecimiento del día no vino del mar. Un buen amigo mío atravesaba serias dificultades económicas, y su pequeña embarcación, el Chanquete, estaba condenada a la inactividad. Decidí echarle una mano, comprando su barco e incorporando a toda su tripulación a nuestra compañía. Fue una inversión modesta, pero cargada de significado.
Nunca se sabe cuándo las olas pueden volverse en tu contra, y hoy era él quien necesitaba ayuda, mañana podría ser yo.

Día 6
El sexto día de julio rozamos la perfección. Nuestras embarcaciones regresaron cargadas con doce lotes en total. El puerto hervía de actividad: marineros descargando a toda prisa, grúas chirriando, y la fábrica rugiendo al recibir semejante abundancia.
De ese botín, ocho lotes siguieron el camino más directo: fueron procesados en la conservera y enviados al mercado, donde se vendieron con una rapidez asombrosa. El público ya no solo compraba nuestras latas: las buscaba con entusiasmo, recomendándolas como tesoros culinarios.
Los cuatro lotes restantes los destiné a dos propósitos estratégicos. Primero, a un programa de marketing internacional, con el que pretendíamos abrir nuestras fronteras y consolidar nuestro nombre en mercados lejanos. Segundo, a una acción concreta de conservación: invertimos en garantizar que los depredadores naturales de las zamburiñas emigraran hacia otras aguas, facilitando que esta especie pudiera reproducirse en paz.

Día 7
El séptimo y último día de faena de julio llegó cargado de capturas. Nuestras embarcaciones regresaron con las bodegas colmadas, trayendo consigo once lotes en total. Las cubiertas vibraban con la algarabía de los marineros, conscientes de que cerrábamos el mes con fuerza.
De aquella abundancia, nueve lotes fueron directos a la fábrica, donde pronto se transformaron en conservas destinadas al mercado. Pero reservé dos lotes de mejillones para algo especial: con ellos elaboramos una nueva receta, cuidadosamente trabajada, que resultó ser un auténtico éxito. Los clientes quedaron encantados, y el rumor de aquel sabor único comenzó a expandirse con rapidez, reforzando aún más la reputación de nuestra marca.

Cumplimiento de objetivos
Y así cerramos el mes de julio, con las cuentas llenas, nuevas ideas en marcha y una clientela entusiasmada. Fue un cierre de mes espectacular, prueba de que los compradores satisfechos no solo nos apoyaban con sus monedas, sino también con su voz, convirtiéndose en los mejores vendedores de nuestros productos.
Estos han sido los resultados obtenidos:
Capital final: más de 60 monedas
Contenido de la bolsa: 5 pulpos, 12 zamburiñas, 15 mejillones y 5 fichas de agua.
Barcos finales 6: El Pezdigitador, ¿Te parece bonito?, Trabalenguado, Navajita Plateá, El Chipironcuatre y Chanquete.
Número total de mejoras adquiridas: 5

Hemos superado el nivel en dificultad Difícil.
Este mes ha sido una auténtica locura. Hemos tenido varios días en los que hemos capturado casi el máximo que nuestra flota soportaba, y aún así las reproducciones han ido viento en popa.
Hasta luego, gente!
Conservas. Junio. Intento 1
Junio, en nuestro intento 1 del modo campaña del juego Conservas, se ha convertido en una explosión de sardinas en el mar, yo diría plaga…
Conservas. Agosto. Intento 1
El intento 1 del mes de Agosto de la campaña del juego Conservas es de las más difíciles de las que me he encontrado en este juego.


