Her Odyssey. Partida 1. Día 43. El mar reclama.

Cuando los primeros rayos del sol comenzaron a teñir el horizonte de tonos dorados y anaranjados, Veyne finalmente cedió al agotamiento. Su cuerpo ya no podía pelear más contra el vaivén del barco, y se quedó profundamente dormido en el pequeño camarote que compartía con Saria. Ella lo miró por un momento, divertida. El hombre que siempre tenía una respuesta afilada, siempre en guardia, ahora dormía profundamente, con el ceño relajado. Con una sonrisa, se levantó con cuidado y salió del camarote.