Apothecaria. Partida 1. Primavera. El Festival de las Flores.

Vamos a continuar la partida 1 del juego Apothecaria. Ya estamos en la semana 14. En esta semana se celebra el Festival de las Flores para despedir a esta estación. Se caracteriza por sus colores brillantes, bailes, la entrega de flores y, en general, una excusa para deshacerse de todo lo que dejó el año pasado en un gran mercado al aire libre.

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¡Vamos a divertirnos!

Estado de la partida.

Apothecaria. Partida 1. Elaria

Nombre: Elaria.
Reputación: 19
Dinero: 43
Fecha: Festival de las Flores.

Objetos:

  • Un caldero para hervir ingredientes
  • Un alambique para destilar ingredientes
  • Un mortero para triturar ingredientes
  • Una escoba voladora
  • Una varita mágica
  • Colmena que añade dulzura (disponibles 3/4)
  • Un desván de cuervos, que añade un paciente a la semana.
  • Un campo de cultivo con Flood Bulb sembrado.
  • 1 Dentist Crab⭐⭐ (añadido crudo para [DIENTES], [BOCA] y [PULMONES].

La invitación

El cielo amaneció completamente despejado. El viento limpio olía a salvia nueva y a pétalos de flores. Thiriel fue el primero en notarlo.

—El aire huele a pétalos y a pan con anís.

Elaria se asomó por la ventana. Desde la curva del camino que llevaba al pueblo, una comitiva de aldeanos cargaba ramos, cestos, y cintas largas con flores tejidas. Algunos llevaban sombreros festivos, y otros iban descalzos.

—Hoy es el Festival de las Flores… — murmuró.

No lo había olvidado, pero no pensaba asistir.

A media mañana, una niña del pueblo llegó con una corona de margaritas en la cabeza y una cesta colmada de bollos dulces.

—Dijo mamá que vinieras, que tienes que venir —dijo sin dejar de sonreír.

Elaria la miró, luego miró la cesta, y luego suspiró.

—No tengo ningún vestido bonito que ponerme…

Elaria se quedó pensativa tras la visita de la niña. Realmente no le apetecía en absoluto acudir al festival, pero es cierto que si tuviese un bonito vestido, podría darse una vuelta, no por gusto, sino para socializar con la gente del pueblo y darse a conocer…

—Te estás engañando a tí misma— le dijo Thiriel. — No pasa nada si te apetece bajar al pueblo a divertirte un rato, es lo normal.

Elaria lo miró con el ceño fruncido. Thiriel no tenía razón. Y además, no le apetecía ir.

Al poco rato alguien llamó nuevamente a la puerta. Al abrir, se encontró con un joven, con el pelo despeinado, una camisa remangada, y un sombrero apretado con ambas manos contra el pecho. Estaba rojo hasta las orejas.

—Señorita Elaria… Yo… eh…

—Respira —dijo ella, apoyándose en el marco de la puerta.

—Es por el festival. El baile. Mi padre dice que… bueno, que me tocaba invitar a alguien, y… mi hermana dijo que tú no irías con nadie, pero que igual podrías querer. Ir. Si querías.

Elaria parpadeó.

—¿Quieres que vaya al baile contigo?

El chico asintió sin levantar la cabeza. Se llamaba Nil, era el hijo del porquero. Lo recordaba de cuando estuvieron construyendo el huerto en su casa. Ella entrecerró los ojos.

—No tengo vestido…

—Mi hermana… mi hermana dice que te puede prestar uno. De los que cose ella. De los bonitos.

Hubo una pausa. Thiriel, desde el alféizar, observaba sin decir nada, con una media sonrisa en su carita de dragón.

—Está limpio —añadió Nil—. Lo planchó. ¡Tiene hasta bolsillos!

Apothecaria. Partida 1. Semana 14. Nil

Elaria suspiró. Tampoco estaría mal pasar un buen rato con la gente del pueblo… y el chico era mono, muy muy mono…

—Dile que paso a buscarlo en media hora.

La fiesta

Apothecaria. Partida 1. Semana 14. Elaria

Esa tarde, bajó al pueblo con un vestido azul pálido de lino fuerte y trenzas recogidas con flores silvestres. Nil la esperaba junto a la fuente, nervioso, erguido. Bailaron hasta que no pudieron más.

Su hermana menor fue nombrada reina del baile. Era una chica preciosa, de pelo rubio y largo y un precioso vestido de color malva.

La mesa del concurso de repostería estaba en el centro de la plaza, bajo una lona tejida con flores secas y guirnaldas de hoja de lavanda. El olor a pan horneado, canela y mantequilla lo envolvía todo. Elaria colocó su bandeja con pastelitos de miel templada, decorados con una sola flor silvestre sobre cada uno. No eran llamativos, pero eran deliciosos, ya que estaban fabricados con la miel de su colmena.

Los jueces, que eran la panadera, un carpintero jubilado y un niño con los dientes manchados de azúcar, probaron, comentaron en voz baja y anotaron cada puntuación sin darse prisa, saboreando todos los postres y recreándose en ellos. Los demás competidores trajeron cosas más ambiciosas: tartas de frutas en forma de torre, panes trenzados rellenos de chocolate, una tarta de limón con cobertura que parecía vidrio. Cuando los números se sumaron, Elaria quedó tercera. Un joven con el delantal cubierto de harina, le ofreció un pastelillo de cortesía y ella lo aceptó.

—¿Es tu primer concurso? —preguntó él.

—Y seguramente el último —respondió ella, riendo.

Estos fueron los resultados para determinar el ganador del concurso.
🧁 Elaria J (11) de Tréboles + 7 de Diamantes → 18 puntos → Se planta.
🧁 Competidor 1: 9 de Tréboles + As de Diamantes → 20 puntos
🧁 Competidor 2: 6 de Tréboles + Rey de Diamantes (13) → 19 puntos
🧁 Competidor 3: As de Picas + 8 de Picas → 9 puntos

El sol ya caía detrás de las colinas, tiñendo de oro los tejados y de sombra los caminos. La mayoría de la gente seguía bailando o rematando el mercado de flores a última hora. Pero Elaria ya había dejado la plaza. Se sentó en un banco de madera, algo apartado, con los restos de sus pastelitos envueltos en tela sobre las rodillas. Thiriel dormía medio acurrucado en el poste más cercano.

—Pensé que te habías ido ya —dijo una voz suave.

Era Nil, aún con el cabello algo revuelto del baile y una flor de trébol prendida malamente al bolsillo.

—La fiesta todavía está llena de gente y música, pero me escapé un rato —añadió.

Elaria le hizo un gesto con la cabeza, invitándolo a sentarse junto a ella. Nil se sentó a su lado.

—¿Te lo pasaste bien? —preguntó él.

Con una media sonrisa que apenas se notaba, dijo:

—No me lo pasé mal.

Nil rió por lo bajo.

Las estrellas comenzaron a salir.

Pues con esta festividad, la primavera toca su fin.

Creo que hemos hecho un muy buen trabajo en esta estación, y aunque ha habido un par de pacientes que no hemos podido curar, el resto lo hemos hecho perfecto.

Además, ahora tenemos un huerto, una colmena (que utilizaremos más en verano), una escoba y una barita mágica. Y nuestra reputación no ha dejado de subir.

Además, sabemos cosas de la bruja anterior por indicios que hemos ido encontrando.

¡Todo genial!

Hasta luego, gente!

Apothecaria. Partida 1. Verano. Semana 15.

Apothecaria. Partida 1. Verano. Semana 15.

El sol comenzaba a calentar suavemente el aire al amanecer. Elaria revisaba sus notas y preparaba la mesa de trabajo cuando un golpe decidido sonó en la puerta. Al abrir, encontró a un aldeano de rostro cansado y voz ronca, que se quejaba de un molesto zumbido en los oídos y la sensación constante de mareo, como si estuviera a bordo de un galeón en medio de una tormenta.

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